¡¡¡Siempre son mineros los que arrancan de la tierra menas para placeres que no serán suyos!!!

Y seguimos visitando los rincones de Huelva, con su riqueza climática, paisajística, gastronómica e histórica.

Hoy hemos tomado la ruta de la comarca del Andévalo para adentrarnos en sus entrañas, ni más ni menos que en Tharsis, una Entidad Local Menor perteneciente al Ayuntamiento de Alosno.

Los orígenes del poblado de Tharsis se remontan a la Biblia, donde se hace mención a TARSIS (sin h, que será incorporada en tiempos de la Compañía británica a finales del siglo XIX).

A la extensa y notable elevación del terreno desde donde se domina el inmenso Andévalo lo llamaban Sierra Tarse. Este nombre era todo una revelación; al pie del cerro posaban los vestigios aún notables de un extenso pueblo antiguo, ese pueblo ¿era Tharsis?, ¿el Tharsis fenicio?, ¿el Tharsis del Hiran (rey de Tyro)?... (Esto merece tratarse en profundidad en otro foro).

Tharsis, el mito, sus cortas que arropan al cabezo llamado “Tarse” y que inspiró a Ernesto Deligny cuando escribió a su socio de París: “Llamaremos Tharsis a las minas del término de Alosno”.

Nos sentamos arriba, en la atalaya del cabezo “Tarse”, y disfrutamos de un horizonte amplio que asegura a Tharsis un lugar en el mapa y huellas de un retazo histórico que se mantiene entre las paredes rojas de las cortas.

En Tharsis, en las laderas de dicho cabezo, apreciamos el entorno de casas bajas y blancas, y nos dimos cuenta del parecido que hay entre los poblados mineros, paridos por la misma idea arquitectónica, rodeados por collares rojos sin pulir, pero hermosos.

Tharsis fue construido por la compañía escocesa Tharsis Sulphur and Copper (T.O.S.), siguiendo el patrón común de los demás pueblos mineros, es decir: falta de planificación global, adaptación al territorio, crecimiento disperso, segregación social de la clase dirigente del resto de los trabajadores, completa dotación de equipamiento como casino o círculo minero, escuela, mercado, iglesia, etc. e importación de arquitecturas foráneas, de manera concreta, anglosajones, que se mezclan con la arquitectura popular andaluza.

En Tharsis se puede distinguir el núcleo urbano principal, destinado a la vida de las familias mineras, y el núcleo de Pueblo Nuevo, barrio de las familias inglesas, separado varios kilómetros al sur del anterior.

En las imágenes del vuelo aparece el poblado de trabajadores, formado por los característicos espacios de las calles curvas (Doctor Fleming y Ciudad de Huelva) que rodea a la iglesia parroquial de Santa Bárbara, y las plazas San Benito, del Casino y del Mercado Antiguo. En este entramado urbano se encuentran edificios emblemáticos como la ya comentada iglesia parroquial de Santa Bárbara, construida en 1880. Es gemela a la del pueblo de Corrales (Aljaraque). Es de planta basilical con nave central y dos laterales; campo de fútbol, en las afueras del pueblo, que está vinculado a la cultura inglesa desde su llegada colonizadora.

Conserva la localización y disposición originaria; el antiguo mercado de abastos, de 1880, es el elemento articulador de los espacios urbanos existentes; el antiguo teatro, de planta rectangular, muy alargado, cubierta a dos aguas con teja plana; la posada, que se encuentra junto al actual casino; el antiguo hospital minero o casa del médico de la Compañía, conocido popularmente como museo minero de Tharsis: Colecciones de Tharsis, inaugurado un sábado dos de octubre de 1880, el rincón deseado por los mineros tras la dura jornada, etc. El Ayuntamiento es un edificio de nueva construcción.

Los alrededores inmediatos de Tharsis son aquellos que han dejado huella de su pasado minero, sus cinco cortas a cielo abierto junto a los espacios de almacén de los residuos extraídos, las instalaciones para el preparado del mineral, sus pantanos…

La vegetación original del término municipal de Alosno de encinas y alcornoques ha dado paso a una vegetación de replantaciones, más o menos densas, de eucaliptos y pinos, y a determinadas especies arbustivas como el brezo minero, exclusivo de la faja pirítica ibérica, especialmente adaptado a los hábitats mineros.

Las fiestas patronales en honor de Santa Bárbara, la romería en honor de la misma Santa, la Velada, el Sandalio, la Semana Cultural, la quema de las “jachas”… son momentos merecidos para los 1840 tharsileños (2013) que tratan de encontrar alternativas en su economía, que comienza a basarse en su enorme potencial de patrimonio minero.

Mucho nos queda de volar y hablar de la histórica Tharsis, pero eso amigos, otro día será.